En la mitología griega, Pasífae (en griego Πασιφάη Pasiphaê, ‘la que brilla para todos’, un nombre de la Luna) era la hija de Helios y la ninfa Creta (también llamada Perseis). Era hermana de Circe. Fue criada como una princesa en la Cólquida, y dada entonces en matrimonio al rey Minos de Creta.
Según Diodoro Sículo, Pausanias, Virgilio, y Apolodoro, el dios Poseidón, para vengarse de la afrenta que le había hecho Minos, hizo que Pasífae se enamorase del toro blanco que se había librado del sacrificio. Ella confió su pasión zoofílica a Dédalo, el famoso artífice ateniense que vivía desterrado en Cnosos deleitando a Minos y a su familia con las muñecas de madera animadas que construía para ellos. Dédalo prometió ayudarla y construyó una vaca de madera hueca que cubrió con un cuero de vaca. Le puso ruedas ocultas bajo las pezuñas y la llevó a la pradera de las cercanías de Gortina donde el toro de Poseidón pacía bajo las encinas entre las vacas de Minos. Luego de enseñar a Pasífae cómo se abría la portezuela corrediza situada en la parte trasera de la vaca, y de ayudarla a entrar con las piernas metidas en los cuartos traseros, se retiró discretamente. El toro blanco no tardó en acercarse y montar a la vaca de madera (de donde se deduce sin duda que Dédalo también afirmó las ruedas al piso), de modo que Pasífae vio satisfecho su deseo y a su tiempo dio a luz al Minotauro, criatura con cabeza y cola de toro y cuerpo humano.
Según Antonino Liberal, las numerosas infidelidades del rey Minos enfurecieron de tal modo a Pasífae que le maldijo: cada que vez que tenía relaciones con otra mujer no eyaculaba semen sino serpientes nocivas, escorpiones y ciempiés que hacían presa de los órganos vitales de la amante.
En una ocasión, para tener relaciones con la cazadora Procris la sobornó regalándole a Lelape (un sabueso que nunca dejaba escapar a su presa) y una flecha infalible. (Ambos regalos le habían sido dados por la diosa Artemisa.) Procris aceptó pero le obligó a beber una bebida profiláctica —una cocción de raíces mágicas preparada por la hechicera Circe, hermana de Pasífae— para que él no le llenase las entrañas de víboras y escorpiones. La bebida hizo el efecto deseado, pero Procris temía que Pasífae la embrujara, por lo que escapó de Creta.
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