Iván Serguéyevich Turguénev, fue un escritor, novelista y dramaturgo, considerado como el principal estilista de la literatura rusa; sus novelas, poemas y obras teatrales se caracterizan por una elegante ejecución, una gran lucidez y una ideología liberal. Nació el 9 de noviembre de 1818, en Orel, en Rusia central y estudió en las universidades de San Petersburgo y Berlín.
Pudo observar desde su niñez, cuando vivía en las tierras de su familia, el sufrimiento de la clase trabajadora y los malos tratos a los que estaba sometida. Estos abusos, muy arraigados en el sistema social ruso, se convirtieron en tema recurrente de sus obras. Antes de dedicarse por completo a la literatura, trabajó durante un tiempo como funcionario gubernamental en San Petersburgo. Su primer trabajo publicado, el extenso poema Parasha (1843), tuvo una buena acogida entre la crítica literaria. En los años siguientes, la aparición de varias obras más le consagraron como el escritor ruso más significativo de su época. Participó en el enfrentamiento ideológico que surgió entre dos grupos de intelectuales, llamados respectivamente occidentalizantes y eslavófilos. Los primeros animaban a los rusos a que se incorporaran a Europa Occidental, con el fin de que pudieran participar de las mejoras en su nivel de vida que ello conllevaría. Los segundos, en cambio, extremadamente ortodoxos, reivindicaban las tradiciones más arraigadas de Rusia y pensaban que debían permanecer a salvo de cualquier influencia externa. Turguénev simpatizaba claramente con los occidentalizantes y, de hecho, pasó largos periodos de tiempo fuera de Rusia, en compañía de la célebre cantante de ópera Pauline Viardot-Garcia, con la que vivió una apasionada historia de amor. A partir de 1871 vivió en París, donde entró en contacto con otros escritores, como George Sand, Gustave Flaubert, Émile Zola y Henry James.
Entre su producción se cuentan numerosas obras de teatro, relatos, novelas y apuntes no narrativos. Publicó gran cantidad de poemas y apuntes en prosa antes de la aparición de su primer libro, Relatos de un cazador (1852), una colección de relatos sobre la vida rural rusa. De las muchas obras teatrales que escribió en los inicios de su carrera, la mejor es probablemente Un mes en el campo (1855), un cortés aunque profundo estudio de la vida de la aristocracia, que continúa representándose en la actualidad. De sus relatos y novelas cortas destacan, Primer amor (1860) y Torrentes de primavera (1872), por sus bellas evocaciones líricas, aunque pesimistas, del amor.
Entre sus novelas propiamente dichas se pueden citar La víspera (1860) y Humo (1867), sendos retratos de jóvenes apasionadas y de sus tempestuosas historias de amor. En la mejor de sus novelas, Padres e hijos (1862), Turguénev da nombre, define y analiza el nihilismo filosófico; Bazarov, el protagonista de la novela, es un joven revolucionario e idealista, estudiante universitario a pesar de su origen humilde, que lucha por la libertad universal, pero que está destinado a una vida trágica. El autor compartía hasta cierto punto las ideas de su personaje, aunque opinaba que los cambios han de producirse gradualmente, y no a través de una revolución. Murió el 3 de septiembre de 1883 en Bougival.
No hay comentarios:
Publicar un comentario