Octave Mirbeau, nació en Trévières, el 16 de febrero de 1848, fue un escritor francés, periodista, crítico de arte, autor de novelas, de obras teatrales y de cuentos. Fue panfletario comprometido con la verdad o la justicia y fue además un novelista de éxito así como un dramaturgo de fama europea que, aún triunfando en todas las grandes escenas, no dejó de seducir, lo que es muy raro, a las vanguardias artísticas y literarias. Crítico de arte y de literatura, se batió por los « grandes dioses de su corazón »: fue chantre de Auguste Rodin, Claude Monet, Camille Pissarro, Paul Cézanne,Auguste Renoir, Félix Vallotton y Pierre Bonnard, así como “descubridor” de Vincent van Gogh, Camille Claudel, Aristide Maillol , Maurice Maeterlinck, Marguerite Audoux y Maurice Utrillo.
Entonces atraviesa una larga y grave crisis en el curso de la cual publica en edición de folletín una extraordinaria novela llamada Dans le ciel (En el cielo), en la que pone en escena a un pintor inspirado directamente en Van Gogh. Poco después del caso Dreyfus, que acentúa su pesimismo, publica tres novelas juzgadas “escandalosas” por los Tartufos y los biempensantes y que tuvieron gran éxito de ventas en el mundo : Le Jardin des supplices (El Jardín de los suplicios (1899), Le Journal d'une femme de chambre (Diario de una camarera) (1900), y Les 21 jours d'un neurasthénique (1901). Ya en ellas pone en jaque el género novelesco, practicando la técnica del collage, transgrediendo los códigos de la verosimilitud, de la credibilidad novelesca y de las conveniencias hipócritas. El remate de la vieja novela supuestamente realista se deberá a sus dos últimas obras narrativas, La 628-E8 (628-E8) (1907) y Dingo (1913), donde la fantasía se libera y cuyos héroes son su automóvil y su perro.
En el teatro Mirbeau alcanzó un primero éxito con una tragedia proletaria, Les Mauvais bergers (Los malos pastores) (1897), y después un triunfo mundial con una comedia clásica de costumbres y caracteres en la tradición de Molière: Les affaires sont les affaires (Los negocios son los negocios) (1903), en la que aparece el personaje de Isidoro Lechat, arquetipo del moderno hombre de negocios, producto de un mundo nuevo, ancestro de los especuladores de hoy, que de todo hace dinero y expande sus tentáculos por el mundo. En 1908, al término de una larga batalla judicial y mediática, hace representar en la Comedia Francesa Le Foyer, una obra destinada al escándalo en la que transgrede otro tabú: la explotación económica y sexual de adolescentes en hogares de supuesta caridad.
Mirbeau hizo representar seis pequeñas obras en un acto, muy innovadoras, publicadas con el nombre de Farces et moralités (1904); en ellas anticipa el teatro de Bertolt Brecht, Marcel Aymé, Harold Pinter y Eugène Ionesco, y lleva la revuelta al seno del lenguaje. Desmitifica la ley, la monogamia y las instituciones sociales, además de poner en ridículo el discurso de ciertos políticos y el lenguaje trivial del amor.
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